Departamento de
Investigación, Diseño & Desarrollo
Microfertisa S.A.
INTRODUCCIÓN
El área cultivada en fresas a nivel Nacional
alcanzó 1200 ha en 2013, de las cuales 277 se encontraban en Antioquia con un
rendimiento de 36 t.ha-1 y una producción total de 13.000 toneladas.
En Cundinamarca se cultivaron 490 ha, departamento que logro el mayor
rendimiento 41 t.ha-1(Ministerio
de Agricultura y Desarrollo rural, 2014).
Thao et
al .,2009, indican que la aplicación de fosfitos incrementa los
rendimientos y calidad de los frutos cosechados no necesariamente indican que
las plantas están utilizando el fosfito como fuente directa de fósforo, muy
probablemente los efectos positivos sean debido a las propiedades fungicidas de
los mismos y el caso de las aplicaciones al suelo, podrían estar contribuyendo los
microorganismos a la transformación de fosfito a fosfato.
Los fosfitos han sido utilizados como fungicidas para
el control de patógenos, especialmente oomicetos. King et al, 2000; demostró el efecto de los fosfitos sobre la morfología
y cambios en transcripción genética del patógeno Phythophtora cinamomi. Tratamientos in vitro del patógeno con una solución que contenía fosfitos (40 µg/mL)
generó una reducción en el crecimiento de las hifas de hasta 68% después de
cuatro días de exposición al tratamiento. También se observó la aparición de
hifas cortas y degradación de las paredes celulares de las hifas del patógeno
tratado. El análisis del perfil de transcripción del patógeno tratado demostró
cambio en la expresión genética causados por el tratamiento con fosfitos.
Varios de los genes que disminuyeron su expresión están relacionados con la
síntesis de pared celular, mantenimiento
de la integridad de las paredes celulares, membrana celular y el cito-esqueleto
(Hardham, 2007).
Además de actuar directamente sobre el patógeno, los
fosfitos también estimulan los mecanismos de defensa endógenos de las plantas.
Los fosfitos tienen un movimiento basipetalo en la planta, siendo primero
translocados a través del xilema antes de llegar al floema (Whiley et al., 1995). Cuando se encuentra en el
floema, los fosfitos son translocados en asociación con fotoasimilados hacia
las regiones de la planta donde se presenta altas tasas de crecimiento (Guest y
Grant, 1991). Los fosfitos también son absorbidos a través de las raíces, donde
son reconocidos por los trasportadores de fosfatos. Dicha absorción es dependiente
del pH y de la competencia con fosfatos. A pesar de la similitud estructural y
de movilidad de los fosfatos y los fosfitos, estos últimos no son metabolizados
por la planta, y por ende no constituyen una fuente de fosforo para el
organismo (Sukarno et al., 1993).
Massoud et al.,
2012; analizó el efecto de los fosfitos en el patosistema Hyaloperonospera arabidopsidis – Arabidopsis thaliana. El estudio permitió concluir que los fosfitos
generan tanto inhibición directa del patógeno como activar el sistema innato de
defensa de la planta, y que dicho efecto dual es dependiente de la
concentración del tratamiento con fosfitos. Plántulas de A. thaliana fueron
tratadas con diferentes concentraciones de fosfitos 72 horas antes de la
inoculación con el patógeno. Siete días después de la inoculación, el número de
esporas fue contado para determinar la susceptibilidad del patógeno al
tratamiento. El experimento mostró que concentraciones de fosfitos menores o
iguales a 5 mM no generaban inhibición en la esporulación, mientras que
concentraciones entre el 10 mM y 22.5 mM generan una disminución proporcional
de la esporulación. Sin embargo, dosis
superiores al 22.5 mM hasta 50 mM causaron una disminución de la esporulación
hasta del 97% con un patrón de disminución lineal dependiente de la
concentración, lo que podría indicar que a tales concentraciones la inhibición
es causada por una mejor respuesta innata de la planta y por intoxicación
directa del patógeno. Con el ánimo de identificar las rutas metabólicas utilizadas
por los fosfitos, se inocularon mutantes de A.
thaliana de la vía metabólica del ácido salicílico, de la vía de los jasmonatos
y de la ruta del etileno. Tales genotipos fueron tratados con una solución de
fosfitos 10 mM 24 horas antes de la inoculación con el patógeno. El número de
esporas fue evaluado siete días después de la inoculación. Se encontró que en
los mutantes de la vía del ácido salicílico el tratamiento no generó
disminución en la esporulación, mientras que en los mutantes de la vía del jasmonato
o de la vía del etileno el tratamiento generó una inhibición del 35% en la
esporulación, lo cual no difiere del resultado encontrado con el mismo
tratamiento en el genotipo silvestre. Dicho resultado permitió concluir que el
efecto positivo de los fosfitos en el patosistema mencionado requiere de la
funcionalidad de la vía del ácido salicílico.
El objetivo principal fue evaluar la incidencia
y severidad del complejo de enfermedades fungosas en el cultivo de fresa al
aplicar por vía foliar FITOKAL- B® y
FOSFI-K®.
METODOLOGÍA
El estudio se estableció en un cultivo de fresa cv.
Camino real, localizado en el municipio de La Unión (Antioquía) a 2500 msnm y
temperatura promedio de 13° centígrados. El trabajo se realizó en un área de
820 m2, la cual fue dividida en siete tratamientos, T1: Testigo
Absoluto, T2: FosfiK 1.0L/ha, T3: FosfiK 1.5 L/ha, T4: FosfiK 2.0 L/ha, T5:
FitokalB 1.0 L/ha, T6: FitokalB 1.5 L/ha y T7: FitokalB 2.0 L/ha. La densidad
de siembra fue de 45.000 plantas por hectárea. Las aplicaciones de los
tratamientos se realizaron en plantas en estado vegetativo a los 45, 75 y 106
días después de la siembra (dds)
Se evaluó la incidencia y severidad causada por el complejo
de hongos que afectan las plantas de fresa (Phytophthora
sp., Antracnosis, Botrytis sp., y Verticillum sp.) en la región. Se realizó muestreo de evaluación a los 31,
54 y 78 días después de la última aplicación (dda). Por medio de monitoreo visual
se identificaron las plantas afectadas por tratamiento y se procedió a calcular
el porcentaje de incidencia mediante la siguiente fórmula matemática (Figura
1).
RESULTADOS
Y DISCUSIÓN
Los resultados obtenidos desde
la primera evaluación de incidencia demuestran un efecto positivo al aplicar
fosfitos de calcio y potasio. De acuerdo
con la figura 2, se observó que la aplicación de Fosfi-K y Fitokal-B disminuyó el
porcentaje de incidencia significativamente con respecto al testigo después de
los 31 dda. La aplicación de Fitokal-B en dosis de 2.0 L/ha fue el mejor
tratamiento, seguido por Fosfi-K en dosis de 2.0 L/ha.
Resultados similares fueron reportados por Microfertisa
(2006) donde se encontró que la aplicación de fosfito de potasio ocasiona una
menor incidencia del patógeno Ascochyta
pisi en los estratos superiores de la planta de arveja. Por otra parte, Velandia
et al., 2012, reportaron que
aplicaciones semanales al cultivo de cebolla de bulbo de fosfito de potasio,
disminuyó la incidencia y severidad de Peronospora
destructor. Otros autores como Álvarez et al., (2006) evaluaron el
efecto de la aplicación de fosfito (400 g/L de P2O5)
sobre la incidencia de mildeo velloso (Peronospora sparsa) en dos
variedades de rosa, Charlotte y Malibú. A nivel de resultados se encontró que
la aplicación de fosfito de potasio en la variedad Charlotte mantiene los
menores niveles de incidencia de Peronospora sparsa (8.9%), con relación a los tratamientos en
los cuales se realiza la aplicación de funguicidas. En la variedad Malibú por
su parte, la menor severidad de Peronospora sparsa (1.4%) se produjo al
aplicar la mezcla entre fosfito de potasio y productos funguicidas y al aplicar
fosfito de potasio individual (4.1%).
En cuanto a la eficiencia del fosfito de potasio en
el control de fitopatógenos de la clase Oomycetes es atribuida a un
efecto directo e indirecto. Directamente, la incorporación de fosfito en el
medio de cultivo tuvo un efecto fungicida al restringir el crecimiento e
inhibir la esporulación de Pythium
(Lobato et al., 2007) y la aplicación
de fosfitos a la base de las plantas en lupino (Lupinus angustifolius L. “Unicrop”) las protegió del ataque de Phytophthora cinnamomi (Rands), en
tabaco (Nicotiana tabacum L) de P. nicotianae y en papaya (Carica papaya T.) de P. palmivora (Smillie et al., 1989). Indirectamente, el
fosfito de potasio ha sido considerado como un inductor de la Resistencia
Sistémica Adquirida (SAR), la cual consiste en un mecanismo natural
desarrollado por las plantas para defenderse del ataque de microorganismos
fitopatógenos y de insectos plaga (Daniel
et al., 2005). En la planta el fosfito de potasio es disociado en las
formas de ácido fosforoso (H 3PO 3) y
K; el ácido fosforoso al ser reconocido por la planta como un metabolito del
patógeno, activa los mecanismos de defensa estimulando la producción de
fitoalexinas, las cuales son reconocidas por sus propiedades biocidas contra
diferentes grupos de agentes causales de enfermedades de la clase Oomycetes,
Hyphomycetes (Botrytis cinerea) y
Aganomycetes (Rhizoctonia solani)
(Kofoet et al., 2007).
Los resultados de severidad se pueden observar en la
figura 3, se observa un efecto positivo al aplicar Fosfi-K y Fitokal-B desde
los 31 dda. El mejor tratamiento corresponde a la aplicación de Fitokal-B en
dosis de 2.0 L/ha, seguido por Fosfi-K en dosis de 2.0 L/ha.
A nivel celular, los patógenos secretan enzimas que
producen el reblandecimiento de las paredes celulares. El papel de estas
enzimas en los procesos patológicos es de indiscutible importancia,
especialmente en plantas jóvenes, ya que la pared primaria de los vegetales es
rica en pectinas, mientras que la pared secundaria, característica de tejidos
maduros, es más abundante en celulosa y hemicelulosa (Cornide et al., 1994).
A nivel de efecto funguicida preventivo, se ha
demostrado que los fosfitos pueden
inhibir directamente hongos endoparásitos, en especial Oomicetos y
hongos como Phytophtora y Peronospora
(Lovatt y Mikkelsen, 2006).
CONCLUSIONES
La aplicación de fosfitos de calcio y potasio
como Fitokal-B y Fosfi-K respectivamente, permitieron mantener un control en la
incidencia y severidad de las enfermedades fungosas que se presentan en el
cultivo de fresa.
La mejor dosis para el control preventivo de
las enfermedades fungosas en el cultivo de fresa en el presente estudio fue de
2.0 L/ha tanto para Fitokal-B como Fosfi-K, sin embargo, los mejores resultados
se observaron con la aplicación Fitokal-B.
La aplicación de fosfitos es una alternativa
viable para reducir la cantidad de ingredientes activos de plaguicidas que se
aplican al cultivo de fresa.
LITERATURA
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