martes, 3 de diciembre de 2013

NUTRICIÓN FOLIAR Y MECANISMOS DE ABSORCIÓN DE NUTRIENTES POR LAS HOJAS

Departamento de investigación, diseño y desarrollo
Microfertisa S.A.
Calidad que genera vida

El manejo de la fertilización foliar en la agricultura es cada vez más frecuente, la demanda nutricional de los cultivos de alto rendimiento, las condiciones de estrés biótico y abiótico, los requerimientos puntuales de los diferentes estados fenológicos, el complemento de la fertilización edáfica en suelos de baja disponibilidad de nutrientes y el uso de bioestimulantes, hacen de esta práctica una herramienta necesaria dentro de un manejo integrado de la fertilización y del cultivo. 
Las plantas satisfacen sus necesidades nutricionales principalmente vía radical, no obstante, la mayoría de los órganos vegetales tienen la capacidad de absorber nutrientes en solución. La fertilización foliar es de gran utilidad en la agricultura moderna, aunque se debe utilizar como un complemento en los planes de fertilización y no como un sustituto de la fertilización edáfica (Gutierrez, 2002).

Existen ciertas condiciones donde la aplicación de nutrientes vía foliar tiene gran validez, ya que de esta manera se puede contrarrestar la baja actividad radical. Tanto en los ya mencionados, como en los siguientes casos los cultivos se benefician de la aplicación foliar de nutrientes (Arjona, 2003):

Cuando se detectan deficiencias nutricionales puntuales que requieren corrección inmediata.

Cultivos con alta infestación de malezas disminuyen la efectividad de aplicaciones de nutrientes al suelo.

Condiciones ambientales (pobre aireación, congelación del suelo, anegamiento, daño mecánico de las raíces) o fitosanitarias (nematodos, patógenos radicales, roedores)  que afectan la actividad radical.

Durante el estado reproductivo de la planta hay una disminución en la actividad radical como resultado de la competencia por carbohidratos.

Suelos muy secos.

Las soluciones nutritivas que se aplican vía foliar enfrentan varias barreras estructurales. La primera de ellas es la cutícula, la cual protege a la hoja de pérdidas excesivas de agua y de la excesiva entrada de solutos orgánicos e inorgánicos por la lluvia. La cutícula también está involucrada en el control de la temperatura, defensa contra enfermedades e insectos y protección contra la radiación UV (Arjona, 2003).

La penetración de solutos de bajo peso molecular (azúcares, aminoácidos, elementos minerales) se da a través de los poros hidrofílicos de la cutícula, mientras el paso de moléculas de mayor tamaño (quelatos sintéticos) es llevado a cabo a través de los poros cuticulares. Los poros cuticulares se encuentran ubicados en las células oclusivas y subsidiarias del estoma, por ende a mayor densidad estomatal la toma de nutrientes por los poros cuticulares se incrementa (Marschner, 1995). 

Una vez los solutos han traspasado la cutícula, los cationes son atraídos primero por la carga negativa de los componentes de membrana. El movimiento de solutos a través de la membrana se da de forma pasiva y de acuerdo al gradiente; de mayor concentración al de menor concentración. Los elementos con alta movilidad en la planta (e.j. N, K) son rápidamente absorbidos y transportados a todas las partes de la planta, especialmente a puntos de activo crecimiento como hojas nuevas, frutos jóvenes, tallos y raíces en crecimiento.

En el caso de elementos con baja movilidad en la planta (ej. Ca), la tasa de retranslocación es limitada (Marschner, 1995). Para la movilización de aniones a través de la membrana se requiere de energía proveniente de la hidrólisis del ATP. Bajo este mecanismo los iones sulfato, nitrato y borato ingresan a la célula, aunque dicho proceso requiere el consumo de H+ (Marschner, 1995).

La tasa de penetración de los solutos depende de la concentración de la solución y de la humedad relativa que determina la evaporación de la solución. Para mejorar la penetración de la mezcla y la dispersión uniforme en el tejido foliar es aconsejable la utilización de un surfactante. Otro factor a tener en cuenta es la concentración de la solución, ya que altas concentraciones pueden generar quemazones por desbalance de sales en el tejido foliar.


Con aplicaciones de alto volumen, la concentración no deben exceder de 3% a 5%. Con aplicaciones de bajo volumen, la concentración no debe ser superior a 15% (Salas, 2002). A continuación se presentan la concentración máxima a utilizar para la mayoría de los cultivos (Tabla 1).



Tabla 1. Concentraciones máximas de fertilizantes en aplicaciones foliares. Tomado de Salas, 2002. 

En conclusión puede comentarse que la aplicación foliar de nutrientes,  presenta una oportunidad de manejo complementario de la nutrición y es una práctica necesaria en el manejo del buen  desarrollo del cultivo y aumento de la producción.

Por lo tanto la época de aplicación, la concentración de producto, el tipo fertilizante a ser empleado, entre otros factores, determinan la respuesta del cultivo en lo que finalmente interesa al agricultor, la cantidad y calidad de sus cosechas. 

BIBLIOGRAFIA
ARJONA H. 2003. Fertilización Foliar, en Manejo Integral de la Fertilidad del Suelo. Sociedad Colombiana de Ciencia del Suelo. Bogotá, Colombia.
GUTIERREZ M. 2002. Mecanismos de absorción de nutrimentos por el follaje, en Fertilización Foliar: Principios y aplicaciones – Universidad de Costa Rica. San José de Costa Rica. 
MARSCHNER, H, 1995. Mineral Nutrition in Higher Plants. Academic Press. Inc., New York.
SALAS R. 2002. Herramientas de diagnóstico para definir recomendaciones de fertilización foliar, en Fertilización Foliar: Principios y aplicaciones – Universidad de Costa Rica. San José de Costa Rica.