lunes, 12 de agosto de 2013

“EVALUACIÓN DE LA RESPUESTA EN EL CULTIVO DE ROSA A LA APLICACIÓN  DE FITOKAL-B® Y FOSFIK®,
COMO MÉTODO PREVENTIVO DE CONTROL A MILDEO VELLOSO (PERONOSPORA SPARSA Berkeley)”.

Departamento de Investigación, Diseño y Desarrollo
Microfertisa S.A.
Calidad que genera vida




La rosa es considerada el principal producto dentro de la producción de flores con un 48% del total de las exportaciones, seguido por Clavel 16%, Mini Clavel 8%, Crisantemo 4% y otros 24%. Colombia es el primer exportador de flores hacia Estados Unidos con una participación del 60% del mercado total (Asocolflores, 2005).

Entre los factores biológicos externos más limitantes que afectan el cultivo de rosa,  tanto en el desarrollo de la planta como su producción, se encuentra la enfermedad mildeo velloso causado por el hongo Peronospora sparsa B, el cual es conocido desde 1862 cuando fue reportado por primera vez en Inglaterra (Mondragón et al., 2000).

En la Sabana de Bogotá, las condiciones ambientales son óptimas para el desarrollo de la enfermedad, ya que hay periodos prolongados de alta humedad, poca luminosidad, temperatura promedio 14°C (Gómez et al, 2002), lo cual ha originado en el sector floricultor de esta región pérdidas económicas importantes, debida a las lesiones ocasionadas en hojas, tallos y flores, disminuyendo así la productividad de las plantas, la calidad del producto y la posibilidad de exportar mayores volúmenes de flores.

Los síntomas de la enfermedad se manifiestan sobre las hojas, tallos, pedúnculos, cáliz y pétalos de las plantas de rosa, aunque generalmente la infección es restringida a los tejidos jóvenes de las plantas. Sobre el haz de las hojas se desarrollan manchas irregulares de color rojizo púrpura a pardo-oscuro, las cuales se rodean de un halo clorótico, mientras que sobre el envés se producen los signos del patógeno, que corresponden a un micelio de color marrón claro con abundante producción de esporangióforos y esporangios, lo cual genera la apariencia vellosa característica de la enfermedad. Estas estructuras solo se producen bajo condiciones de alta humedad, llegando a ser escasas y difíciles de detectar en situaciones desfavorables para el desarrollo del patógeno (Horst, 1983; Arbeláez, 1999; Hollier et al., 2001).

Los fosfitos han sido utilizados como fungicidas para el control de patógenos, especialmente oomicetos. King et al, 2000; demostraron el efecto de los fosfitos sobre la morfología y cambios en  transcripción genética de el patógeno Phythophtora cinamomi. Tratamientos in vitro del patógeno con una solución que contenía fosfitos (40 µg / mL) generó una reducción en el crecimiento de las hifas de hasta 68% después de cuatro días de exposición al tratamiento.

Además de actuar directamente sobre el patógeno, los fosfitos también estimulan los mecanismos de defensa endógenos de las plantas. Los fosfitos tienen un movimiento basipetalo en la planta, siendo primero translocados a través del xilema antes de llegar al floema (Whiley et al., 1995). Cuando se encuentra en el floema, los fosfitos son translocados en asociación con foto-asimilados hacia las regiones de la planta donde se presenta altas tasas de crecimiento (Guest y Grant, 1991). Los fosfitos también son absorbidos a través de las raíces, donde son reconocidos por los trasportadores de fosfatos. Dicha absorción es dependiente del pH y de la competencia con fosfatos. A pesar de la similitud estructural y de movilidad de los fosfatos y los fosfitos, estos últimos no son metabolizados por la planta, y por ende no constituyen una fuente de fosforo para el organismo (Sukarno et al., 1993).

A nivel de efecto funguicida preventivo, se ha demostrado que los fosfitos pueden  inhibir directamente hongos endoparásitos, en especial Oomicetos y hongos como Phytophtora y Peronospora (Lovatt y Mikkelsen, 2006). Microfertisa (2006) encontró que la aplicación de fosfito de potasio ocasiona una menor incidencia del patógeno Ascochyta pisi en los estratos superiores de la planta de arveja.

Álvarez et al. (2006) evaluaron el efecto de la aplicación de fosfito (400 g/L de P2O5) sobre la incidencia de mildeo velloso (Peronospora sparsa) en dos variedades de rosa, Charlotte y Malibú. A nivel de resultados se encontró que la aplicación de fosfito de potasio en la variedad Charlotte mantiene los menores niveles de incidencia de Peronospora sparsa  (8.9%), con relación a los tratamientos en los cuales se realiza la aplicación de funguicidas. En la variedad Malibú por su parte, la menor severidad de Peronospora sparsa (1.4%) se produjo al aplicar la mezcla entre fosfito de potasio y productos funguicidas y al aplicar fosfito de potasio individual (4.1%). 


El objetivo de la presente investigación fue evaluar la respuesta a la aplicación de FITOKAL- B®  y FOSFI-K® en el cultivo de rosa (Rosa sp.), como método preventivo de control a mildeo velloso (Peronospora sparsa Berkeley)”.

Vea Materiales y Métodos http://goo.gl/SvixEF