NUTRICIÓN FOLIAR Y MECANISMOS
DE ABSORCIÓN DE NUTRIENTES POR LAS HOJAS
El manejo de la fertilización
foliar en la agricultura es cada vez más frecuente, la demanda nutricional de
los cultivos de alto rendimiento, las condiciones de estrés biótico y abiótico,
los requerimientos puntuales de los diferentes estados fenológicos, el
complemento de la fertilización edáfica en suelos de baja disponibilidad de
nutrientes y el uso de bioestimulantes, hacen de esta práctica una herramienta
necesaria dentro de un manejo integrado de la fertilización y del cultivo.
Las plantas satisfacen sus
necesidades nutricionales principalmente vía radical, no obstante, la mayoría
de los órganos vegetales tienen la capacidad de absorber nutrientes en
solución. La fertilización foliar es de gran utilidad en la agricultura
moderna, aunque se debe utilizar como un complemento en los planes de
fertilización y no como un sustituto de la fertilización edáfica (Gutierrez,
2002).
Existen ciertas condiciones
donde la aplicación de nutrientes vía foliar tiene gran validez, ya que de esta
manera se puede contrarrestar la baja actividad radical. Tanto en los ya
mencionados, como en los siguientes casos los cultivos se benefician de la
aplicación foliar de nutrientes (Arjona, 2003):
Cuando se detectan
deficiencias nutricionales puntuales que requieren corrección inmediata.
Cultivos con alta infestación
de malezas disminuyen la efectividad de aplicaciones de nutrientes al suelo.
Condiciones ambientales
(pobre aireación, congelación del suelo, anegamiento, daño mecánico de las
raíces) o fitosanitarias (nematodos, patógenos radicales, roedores) que afectan la actividad radical.
Durante el estado
reproductivo de la planta hay una disminución en la actividad radical como
resultado de la competencia por carbohidratos.
Suelos muy secos.
Las soluciones nutritivas que
se aplican vía foliar enfrentan varias barreras estructurales. La primera de
ellas es la cutícula, la cual protege a la hoja de pérdidas excesivas de agua y
de la excesiva entrada de solutos orgánicos e inorgánicos por la lluvia. La
cutícula también está involucrada en el control de la temperatura, defensa
contra enfermedades e insectos y protección contra la radiación UV (Arjona,
2003).
La penetración de solutos de
bajo peso molecular (azúcares, aminoácidos, elementos minerales) se da a través
de los poros hidrofílicos de la cutícula, mientras el paso de moléculas de
mayor tamaño (quelatos sintéticos) es llevado a cabo a través de los poros
cuticulares. Los poros cuticulares se encuentran ubicados en las células
oclusivas y subsidiarias del estoma, por ende a mayor densidad estomatal la
toma de nutrientes por los poros cuticulares se incrementa (Marschner,
1995).
Una vez los solutos han
traspasado la cutícula, los cationes son atraídos primero por la carga negativa
de los componentes de membrana. El movimiento de solutos a través de la
membrana se da de forma pasiva y de acuerdo al gradiente; de mayor
concentración al de menor concentración. Los elementos con alta movilidad en la
planta (e.j. N, K) son rápidamente absorbidos y transportados a todas las
partes de la planta, especialmente a puntos de activo crecimiento como hojas
nuevas, frutos jóvenes, tallos y raíces en crecimiento.
En el caso de elementos con
baja movilidad en la planta (ej. Ca), la tasa de retranslocación es limitada (Marschner,
1995). Para la movilización de aniones a través de la membrana se requiere de
energía proveniente de la hidrólisis del ATP. Bajo este mecanismo los iones
sulfato, nitrato y borato ingresan a la célula, aunque dicho proceso requiere
el consumo de H+ (Marschner, 1995).
La tasa de penetración de los
solutos depende de la concentración de la solución y de la humedad relativa que
determina la evaporación de la solución. Para mejorar la penetración de la
mezcla y la dispersión uniforme en el tejido foliar es aconsejable la
utilización de un surfactante. Otro factor a tener en cuenta es la
concentración de la solución, ya que altas concentraciones pueden generar
quemazones por desbalance de sales en el tejido foliar.
Con aplicaciones de alto
volumen, la concentración no deben exceder de 3% a 5%. Con aplicaciones de bajo
volumen, la concentración no debe ser superior a 15% (Salas, 2002). A
continuación se presentan la concentración máxima a utilizar para la mayoría de
los cultivos (Tabla 1).
Tabla 1. Concentraciones
máximas de fertilizantes en aplicaciones foliares. Tomado de Salas, 2002.
En conclusión puede
comentarse que la aplicación foliar de nutrientes, presenta una oportunidad de manejo complementario
de la nutrición y es una práctica necesaria en el manejo del buen desarrollo del cultivo y aumento de la
producción.
Por lo tanto la época de aplicación,
la concentración de producto, el tipo fertilizante a ser empleado, entre otros
factores, determinan la respuesta del cultivo en lo que finalmente interesa al
agricultor, la cantidad y calidad de sus cosechas.
BIBLIOGRAFIA
ARJONA H. 2003. Fertilización
Foliar, en Manejo Integral de la Fertilidad del Suelo. Sociedad Colombiana de
Ciencia del Suelo. Bogotá, Colombia.
GUTIERREZ M. 2002. Mecanismos
de absorción de nutrimentos por el follaje, en Fertilización Foliar: Principios
y aplicaciones – Universidad de Costa Rica. San
José de Costa Rica.
MARSCHNER, H, 1995. Mineral Nutrition in Higher Plants. Academic Press. Inc., New York.
SALAS R. 2002. Herramientas
de diagnóstico para definir recomendaciones de fertilización foliar, en
Fertilización Foliar: Principios y aplicaciones – Universidad de Costa Rica.
San José de Costa Rica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario