“TENGA EN CUENTA PARA QUE ASEGURE
SU APLICACIÓN”.
Departamento
de Investigación, Diseño y Desarrollo
Microfertisa
S.A.
Calidad
que genera vida!
La
tecnificación de la agricultura ha traído consigo un aumento del consumo de
agroquímicos, de ahí la importancia de los principios que rigen el uso de estos
productos.
El
incorrecto uso y/o manejo de los agroquímicos perjudica, no solo los seres
humanos, sino también a los cultivos, insectos benéficos y peces; además
ocasiona otros problemas, entre los cuales
está la contaminación de fuentes hídricas.
Por
tal razón, para un adecuado uso de este tipo de sustancias, la preparación de
la mezcla debe cumplir con determinados requisitos, buscando un adecuado
funcionamiento, como se describen a continuación:
1.
CALIDAD DEL AGUA PARA LA
APLICACIÓN.
El agua nunca está químicamente
pura, siempre contiene sustancias disueltas o en suspensión, lo que genera una
amplia gama de características químicas. El pH o potencial de hidrógeno, es una
escala que indica la acidez o alcalinidad de una solución, esta escala del pH
va desde 0 hasta 14, donde valores inferiores a 7 indican acidez y superiores alcalinidad.
Cada sustancia química presenta un valor natural de pH donde es estable y
funcional, las modificaciones de pH para agroquímicos, generan degradación de los
ingredientes activos y por consiguiente reducción de la eficacia.
El pH del agua es susceptible de
modificarse con facilidad, el inconveniente particular radica en que los
cambios de pH se realicen de forma regulada, aquí cobra una alta importancia el
uso de Buffers o amortiguadores que mantienen los valores de pH en rangos
cercanos al valor inicial de corrección, aún con la adición de otras sustancias
químicas que alteren el pH.
Por esta razón, es de gran
importancia conocer el valor adecuado para los agroquímicos a emplear y así
asociar ingredientes activos compatibles en valores de pH. Es común ver en las
aplicaciones fitosanitarias usadas en los cultivos, la mezcla de productos con
valores de pH totalmente diferentes, lo que genera que alguno sea expuesto a
valores no adecuados.
Se define la dureza total del agua
como la cantidad de sales presentes en el agua, especialmente los metales:
berilio, magnesio, calcio, estroncio, bario, radio y otros metales en forma de
carbonatos y bicarbonatos.
Es importante destacar los efectos
del magnesio en la actividad negativa de la dureza sobre los agroquímicos, ya
que habitualmente se tiende a asociar los daños solamente al calcio presente en
el agua. Cuando en el agua, además de los iones calcio y magnesio, también
están presentes los iones bicarbonato, se incrementa el efecto negativo sobre
los agroquímicos.
El uso de fertilizantes en las
mismas mezclas con agroquímicos genera efectos sobre el pH y la dureza, que
causan el daño de los ingredientes activos. La mayoría de los fertilizantes
foliares y solubles, generan un alto incremento en los valores de dureza total
de la solución a asperjar, de igual forma existen múltiples posibilidades de
afectación de los valores de pH, cada fuente o mezcla de fuentes fertilizantes
causa efectos diferentes en reactividad y tiempo de efecto, lo que genera gran
probabilidad de daño de la mezcla.
En resumen, las propiedades
químicas referidas, inciden directamente en la funcionabilidad de los
agroquímicos, que afectan la productividad general del cultivo, generando
incrementos en los costos. Es común encontrar incrementos de dosificación para
lograr el efecto esperado, repetir
aplicaciones o reducir los tiempos entre aplicaciones, incrementando el número
de aplicaciones por ciclo.
2. PROPIEDADES FÍSICAS DEL AGUA.
El agua en general presenta
múltiples características físicas, sin embargo las derivados de la tensión
superficial son las de relevancia para la aplicación de agroquímicos.
El agua presenta fuerzas de
cohesión entre las moléculas, debido a
los puentes de hidrógeno, y son responsables del fenómeno conocido como
tensión superficial, que se define como la fuerza de contracción sobre la
superficie de un líquido. Por esta fuerza la superficie tiende a encogerse y
adoptar la menor área posible. En el caso del agua, esta fuerza genera la
formación de gotas esféricas sobre superficies no absorbentes, entre ellas los
tejidos vegetales, esto generalmente impide la interacción del agua con los
tejidos, llegando a impedir el ingreso de agroquímicos a las plantas.
Visto simplemente, gracias a la
tensión superficial el agua por sí misma no moja, para efectuar el proceso de
humectación de los tejidos con las soluciones asperjadas, se requiere romper la
tensión inicial del agua y reducirla de 72 dinas/cm a menos de 30 dinas /cm.
Es importante resaltar que el valor final de
tensión superficial de una solución, determinará la capacidad de expansión de
una gota, sin embargo es indispensable alinear el objetivo de la aplicación con
la necesidad de expansión de las gotas, un exceso de expansión puede ser nocivo
en un momento dado, pudiendo generar escurrimientos y pérdida de producto por
unidad de área, llegando incluso a una sub dosificación del producto.
3. ORDEN
DE ADICIÓN DE LOS PRODUCTOS.
Cuando en un tanque de preparación
de una solución de plaguicidas y/o fertilizantes foliares se va a aplicar dos o
más productos se debe aplicar primero los que se encuentran formulados como polvos mojables y polvos solubles, y luego
productos con formulaciones líquidas. De estos últimos,
es de suma importancia el mezclar
primero las suspensiones acuosas, luego las soluciones y en último lugar los
concentrados emulsionables y aceites.
A parte
de lo anteriormente mencionado, un aspecto muy importante en el manejo correcto
de plaguicidas es la incompatibilidad entre los mismos, cuyas consecuencias es
el no obtener una mezcla no homogénea, que no permite la aspersión uniforme,
por lo que el efecto que se espera lograr con la aplicación no sea el deseado,
lo que es causal de pérdida de tiempo y dinero.
En
términos prácticos, se define compatibilidad como la capacidad de dos o más
substancias químicas de existir juntas. Basado en esta definición puede
presentarse dos tipos de incompatibilidad descritas a continuación:
·
Incompatibilidad
Química: Es aquella que ocurre cuando en
una mezcla de dos o más químicos, al menos uno se rompe y deja de existir en
forma original. El caso típico de este tipo de incompatibilidad es cuando en la
mezcla se combinan herbicidas y coadyuvantes de carácter iónico o
fertilizantes.
·
Incompatibilidad
Física: Es aquella que ocurre cuando se presente algún cambio en el aspecto
físico de la mezcla, lo cual impide su aplicación correcta. Se evidencia por la
formación de aglutinaciones, separación de fases, formación de espuma o cambio
de su viscosidad.
Los casos típicos de
incompatibilidad física son cuando se realizan mezclas de polvos mojables y
aceites, y al de polvos mojables y aceites emulsionables.
En
conclusión, las mezclas elaboradas en los tanques de preparación y utilizadas
para aplicación foliar dependen de las condiciones químicas y físicas del agua
así como del adecuado orden de para combinar los diferentes ingredientes
activos. Por tal razón, se sugiere el siguiente orden enumerado a continuación:
1. Tensoactivo.
2. Corrector de pH y dureza.
3. Formulaciones en Polvo (WP)
4. Soluciones Liquidas (SL).
5. Suspensiones concentradas (SC).
6. Emulsiones concentradas (EC).
7. Formulaciones con base de
dispersión en aceite (OD).
El
anterior es un texto técnico de uso interno basado en:
Recomendaciones
básicas sobre el uso de Agroquímicos, Centro de Agricultura Tropical CIAT,
1981.
Leiva,
P. 2011. Mezclas de Tanque Y pruebas de compatibilidad. INTA.
Pachón,
W. 2012. Calidad de agua para aspersiones de agroquímicos. Curso de
actualización del cultivo de la papa, Fedepapa. Paipa Boyacá.
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