“EVALUACIÓN DE LA RESPUESTA EN
EL CULTIVO DE ROSA A LA APLICACIÓN DE FITOKAL-B® Y FOSFIK®,
COMO MÉTODO PREVENTIVO DE CONTROL
A MILDEO VELLOSO (PERONOSPORA SPARSA
Berkeley)”.
Departamento
de Investigación, Diseño y Desarrollo
Microfertisa
S.A.
Calidad
que genera vida
La rosa es considerada el principal producto
dentro de la producción de flores con un 48% del total de las exportaciones,
seguido por Clavel 16%, Mini Clavel 8%, Crisantemo 4% y otros 24%. Colombia es
el primer exportador de flores hacia Estados Unidos con una participación del
60% del mercado total (Asocolflores, 2005).
Entre los factores biológicos externos más
limitantes que afectan el cultivo de rosa,
tanto en el desarrollo de la planta como su producción, se encuentra la
enfermedad mildeo velloso causado por el hongo Peronospora sparsa B, el cual es
conocido desde 1862 cuando fue reportado por primera vez en Inglaterra
(Mondragón et al., 2000).
En la Sabana de Bogotá, las condiciones
ambientales son óptimas para el desarrollo de la enfermedad, ya que hay
periodos prolongados de alta humedad, poca luminosidad, temperatura promedio
14°C (Gómez et al, 2002), lo cual ha originado en el sector floricultor de esta
región pérdidas económicas importantes, debida a las lesiones ocasionadas en
hojas, tallos y flores, disminuyendo así la productividad de las plantas, la
calidad del producto y la posibilidad de exportar mayores volúmenes de flores.
Los síntomas de la enfermedad se manifiestan
sobre las hojas, tallos, pedúnculos, cáliz y pétalos de las plantas de rosa,
aunque generalmente la infección es restringida a los tejidos jóvenes de las
plantas. Sobre el haz de las hojas se desarrollan manchas irregulares de color
rojizo púrpura a pardo-oscuro, las cuales se rodean de un halo clorótico,
mientras que sobre el envés se producen los signos del patógeno, que
corresponden a un micelio de color marrón claro con abundante producción de
esporangióforos y esporangios, lo cual genera la apariencia vellosa
característica de la enfermedad. Estas estructuras solo se producen bajo
condiciones de alta humedad, llegando a ser escasas y difíciles de detectar en
situaciones desfavorables para el desarrollo del patógeno (Horst, 1983;
Arbeláez, 1999; Hollier et al., 2001).
Los fosfitos han sido utilizados como
fungicidas para el control de patógenos, especialmente oomicetos. King et al,
2000; demostraron el efecto de los fosfitos sobre la morfología y cambios
en transcripción genética de el patógeno
Phythophtora cinamomi. Tratamientos in vitro del patógeno con una solución que
contenía fosfitos (40 µg / mL) generó una reducción en el crecimiento de las
hifas de hasta 68% después de cuatro días de exposición al tratamiento.
Además de actuar directamente sobre el
patógeno, los fosfitos también estimulan los mecanismos de defensa endógenos de
las plantas. Los fosfitos tienen un movimiento basipetalo en la planta, siendo
primero translocados a través del xilema antes de llegar al floema (Whiley et
al., 1995). Cuando se encuentra en el floema, los fosfitos son translocados en
asociación con foto-asimilados hacia las regiones de la planta donde se
presenta altas tasas de crecimiento (Guest y Grant, 1991). Los fosfitos también
son absorbidos a través de las raíces, donde son reconocidos por los
trasportadores de fosfatos. Dicha absorción es dependiente del pH y de la
competencia con fosfatos. A pesar de la similitud estructural y de movilidad de
los fosfatos y los fosfitos, estos últimos no son metabolizados por la planta,
y por ende no constituyen una fuente de fosforo para el organismo (Sukarno et
al., 1993).
A nivel de efecto funguicida preventivo, se ha
demostrado que los fosfitos pueden
inhibir directamente hongos endoparásitos, en especial Oomicetos y
hongos como Phytophtora y Peronospora (Lovatt y Mikkelsen, 2006). Microfertisa
(2006) encontró que la aplicación de fosfito de potasio ocasiona una menor
incidencia del patógeno Ascochyta pisi en los estratos superiores de la planta
de arveja.
Álvarez et al. (2006) evaluaron el efecto de
la aplicación de fosfito (400 g/L de P2O5) sobre la incidencia de mildeo
velloso (Peronospora sparsa) en dos variedades de rosa, Charlotte y Malibú. A
nivel de resultados se encontró que la aplicación de fosfito de potasio en la
variedad Charlotte mantiene los menores niveles de incidencia de Peronospora
sparsa (8.9%), con relación a los
tratamientos en los cuales se realiza la aplicación de funguicidas. En la
variedad Malibú por su parte, la menor severidad de Peronospora sparsa (1.4%)
se produjo al aplicar la mezcla entre fosfito de potasio y productos
funguicidas y al aplicar fosfito de potasio individual (4.1%).
El objetivo de la presente investigación fue
evaluar la respuesta a la aplicación de FITOKAL- B® y FOSFI-K® en el cultivo de rosa (Rosa sp.),
como método preventivo de control a mildeo velloso (Peronospora sparsa
Berkeley)”.
Vea Materiales y Métodos http://goo.gl/SvixEF
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